lunes, 27 de octubre de 2014

El sueño de reverdecer el desierto

Pepe (en el centro), Julián y Sofía (voluntarios de Colombia, proyecto Elaboracción, izquierda)
Una amiga que vive en Buenos Aires me inspiró el eje central de esta nota. Antes de viajar solíamos compartir extensas charlas en los momentos de esparcimiento en el laboratorio donde trabajábamos. En ese momento tomé consciencia de lo que me decía cuando me refería a la realización personal de los sueños.

La gente lleva su sueño estampado en la cara. Sólo bastan unas preguntas bien puestas para que liberen el rollo. El problema radica que poquísimas personas realmente lo viven. Por lo general se trata de sueños simples y totalmente plausibles de realización, pero anulados por diferentes causas que en el fondo esconden algún tipo de miedo. Sueños demasiado pomposos, ambiciosos o sofisticados no suelen ser verdaderos sueños sino algún tipo de fantasía egoísta. De allí surgen doctores que anhelan tener un jardín o cultivar hortalizas, actores en videoclubs y oficinas, músicos en corporaciones, payasos empleados de comercio, etc.


Recolectando chauchas de algarrobo
Viajando por el norte de Perú llegamos al desierto de Reque donde se desarrolla el proyecto Eutopía Ecocentro de Pepe y su familia. En un terreno, mejor sería decir un arenal, de 1,5 ha. Pepe se avoca desde hace más de 3 años a recuperar el bosque de algarrobos nativos en dramática disminución además del desarrollo de diferentes tipos de cultivos para zonas extremas. De allí nacen huertos biointensivos de diversas aromáticas, medicinales y comestibles, líneas de maracuyás, mangos, diversas leguminosas y la cría de aves de corral. Todo con un manejo fino del agua, recurso super escaso, a través de riego por aspersión y acequias. Cuentan con un pozo a más de 20 m con agua un poco salobre, pero soportable para los cultivos, y agua de red en determinadas horas del día.

Huertos biointensivos
Además del trabajo en la tierra propiamente dicha la extensión a través de encuentros para colegios, campamentos vivenciales, charlas y talleres es muy fuerte y un eje principal de la visión de la familia para su espacio. A futuro se planea una eco-aldea en el lugar, abrir las puertas para que otras familias como la de Pepe ocupen y trabajen el espacio para ser parte de una nueva comunidad en transición.

Pava empollando pavitos y patito
Ver su parcela es ver un lugar en pleno desarrollo y reverdeciendo con árboles juveniles y adultos con copas que ya sombrean el suelo. Frutos en las plantas y variados cantos de aves proveniente de los corrales. A comparación con el entorno se puede considerar un verdadero oasis sin el uso de químicos a diferencia de las parcelas mejor posicionadas en cuanto a riego, muy verdes y productivas por cierto, pero dependientes del uso de agrotóxicos y fertilizantes como la urea cada vez en mayor proporción.

Cocecha de polen
A pesar de que el proyecto aún no es totalmente autosuficiente, es un emprendimiento todavía joven y con una buena proyección y sobre todo mucha garra. Anclado en un diseño que se nota que ha sido estudiado meticulosamente para el manejo de la tierra, las personas y sus recursos.

 “Gracias por ser parte de nuestro sueño” nos dijeron cuando nos despedimos casi un mes después de nuestro arribo y luego de bastantes horas en la tierra, diversos encuentros, charlas y talleres compartidos.

Fruto de maracuyá 
De esta experiencia me llevo la sensación de estar con alguien que vive su sueño. Expresado en un brillo especial, una fuerza, una satisfacción, que a pesar de las dificultades económicas, malestares y contratiempos hacen que sigamos adelante, sabiendo que algo más allá de nosotros mismos nos guía. Sobreponiéndonos al miedo a la escasez, a la sensación de “no poder”, a la falsa sensación de seguridad.

Creo que este tipo de personas, presente en todos nosotros, deberá prevalecer sobre la antigua. Una persona rebelde con los viejos condicionamientos, que desafía las etiquetas, cargos y formaciones y que a pesar de su pasado y de sí mismo elige ante todo no vender nunca su conciencia y ser fiel a su naturaleza.

El proyecto Eutopía Ecocentro recibe voluntarios entusiastas que buscan compartir y aprender más sobre formas alternativas de vivir en comunidad y prácticas que llevan a la autosuficiencia. Más info y contacto: https://www.facebook.com/eutopia.ecocentro?fref=ts

Habitaciones para voluntarios

Árbol de noni con frutos de uso medicinal

Cocechando maracuyás


Cuyes, carne de consumo típico en Perú

Trabajando en nuevos huertos



Expandiendo el sistema de riego

Charla compartida con la comunidad local

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