lunes, 6 de mayo de 2013

¿Por qué viajar?

en la ciudadela de Machu Picchu, Perú; año 2010
Cada uno tiene un talento, una misión en el mundo y no necesitamos nada en especial para compartirlo más que el deseo y la convicción de hacerlo. Es posible y es la base para el origen de nuevas comunidades, gente dedicada a lo que más ama hacer, que entrega su tiempo y su entusiasmo en cada actividad. Viajar representa una hermosa oportunidad para ampliar nuestra conciencia y poder ver con claridad cual es nuestro talento y en que podemos ayudar al mundo. Germán nos comparte su experiencia de un viaje que comenzó hace más de 3 años desde Buenos Aires, Argentina; hacia Latinoamérica.

San Cristobal, México; año 2013
¿Por qué viajar? Esta es una pregunta que me hice cuando ya había decidido que quería hacerlo. Fueron el impulso, las sensaciones, los sentimientos y también la desesperación que me hicieron tomar la decisión, luego al tener la tranquilidad y frialdad de pensamiento nuevamente en mi, intenté rehacerme la pregunta una y otra vez y llegué a entender el porqué de mi necesidad. Varias veces me lo pregunté, incluso cuando el viaje ya había comenzado y en cada una de las veces que lo hice y hago encuentro nuevas razones, nuevas ideas, nuevos pensamientos que me indican que he tomado la decisión correcta y que estoy en buen camino.

en Costa Rica. Germán canjeó alojamiento y comida por música
Cuando digo viajar, no hablo de vacaciones… las vacaciones están diseñadas para descansar, relajar la mente y “escaparse” un poco de las obligaciones laborales y/o institucionales por sobre todas las cosas, hablo de viajar como forma de enseñanza, como forma de auto-redescubrimiento y como forma de vida; un viaje puede ser revelador y puede ser el comienzo de algo grandioso.

El viernes 16 de abril de 2010 inicié mi viaje, o mejor dicho comencé mi vida nuevamente desde cero. Después de largos meses de preparación, me subí al tren que va desde Constitución hasta San Miguel de Tucumán dejando atrás, o mejor dicho, llevándome conmigo todo lo que hasta el momento Buenos Aires y Argentina me había dado. El hecho concreto que me llevó a esta especie de reencarnación fue el claro sabor a libertad que experimenté 5 años atrás viajando por Europa. Si bien fueron unas vacaciones de tres meses fueron momentos reveladores, llenarme de preguntas acerca de por que hacemos lo que hacemos, por que decidimos entregar nuestra vida a la comodidad y a las falsas seguridades, me sirvió para tomar el coraje suficiente para desprenderme del miedo y la rutina e ir en busca de nuevos rumbos. Fue complicado en un principio, porque muchas veces no encontré apoyo en mi entorno, pero cuando la decisión fue tomada definitivamente supe que nada me iba a echar atrás.

presentación en la antigua Guatelama, año 2012
El sueño principal era conocer el mundo, comenzando por Latinoamérica, conocer su gente, sus costumbres, su pasado, su dolor. Ver con mis propios ojos estas realidades que tanto nos dibujan en los medios y en las escuelas y poder sacar mis verdaderas conclusiones acerca del mundo. Paralelamente, el desafío también era poder valerme de mi mismo y hacer lo que más me gusta en la vida que es música; y el viaje también me lo brindó.

Guitarra en mano, sigo viviendo increíbles experiencias, todo el tiempo se abren puertas, surgen proyectos, aprendo, me enamoro, vivo y me redescubro; también tomo consciencia acerca del daño que causa el ser humano al mundo y trato de contribuir en lo que pueda a que esto mejore. Pienso que viajando también ayudamos a que esto cambie, limpiar mentes y transmitir conocimientos entre todos es fundamental.

en Berlín, año 2008
En este momento me encuentro en México después de haber atravesado todo el continente y el plan es seguir moviéndome, el mundo está en movimiento, por eso es necesario que nosotros nos movamos con él para conseguir la armonía que tanto se necesita. Creo que dar rienda suelta a nuestra libertad es enriquecedor, viajando se aprende lo que muchas instituciones no saben enseñar y es una puerta infinita al descubrimiento. Viajar nos renueva y nos mantiene jóvenes, nos alienta a vivir cada instante sin arrepentirnos de nada, porque se aprende a valorar cada experiencia vivida, ya sea buena o mala. Se aprende a valorar la vida humana, los recursos que tenemos y que malgastamos a cada instante, nuestro espíritu y a la Tierra misma.

Salar de Uyuni, Bolivia; año 2010
Es bueno saber que no hay una fórmula para viajar, que las posibilidades de hacerlo son eternas, con dinero, sin él, cerca, lejos, con familia, etc.; nos deja marcas imborrables, sensaciones nuevas y anécdotas increíbles. Viajar siempre es una buena inversión, de tiempo, de energía, de dinero y no hay una edad mejor que otra para hacerlo; en cada oportunidad de viaje se buscan y se encuentran las razones pertinentes a cada era que nos corre. El que viaja a los 20 se encuentra con un mundo nuevo ante sus ojos y el que viaja a los 60 o a los 70 se encuentra con la experiencia de lo ya vivido y la relajación de conocer con más precisión las normas de un viaje que siempre es distinto al anterior.

Lo importante es dejar de lado los miedos y prejuicios y animarse a concretar los sueños, la vida nos recompensará al final del camino por haberla atravesado en todo su esplendor, sin reservaciones y haciendo buen uso de todas las herramientas que nos brindó.

Más info: https://www.facebook.com/german.ferreyra?fref=ts

en Ecuador Germán vivió un mes y medio en comunidad 

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