Ya estamos en la
selva, es un hecho. Lo demuestra el exuberante paisaje. El viaje se ha vuelto
un poco pesado, muchas curvas y no tenemos demasiado que comer. A todo eso hay
que sumarle un calor y humedad intenso. Nuestro micro está completo, llevamos
más de 15 hs desde que nos subimos en Puno.
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Vista desde la ruta |
La máquina que
nos transporta no es lujosa, ni demasiado espaciosa, se complica encontrar una
posición cómoda. Pero el paisaje y saber que vamos a llegar donde nunca
estuvimos lo compensa todo, además nuestra mutua compañía hace suavizar todas
las asperezas.
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Puente sobre el río Madre de Dios |
¿Cómo será esta
ciudad pegada a la inmensa selva amazónica?, ubicada en uno de los ramales del
río Amazonas más impresionantes: el Madre de Dios. Muy cerca de comunidades de
“no contactados”, gente que voluntariamente o no decide continuar con su forma
de vida dentro de la naturaleza, sin contacto con la civilización moderna en
pleno siglo XXI.
No somos más que
observadores, no tenemos expectativas. Ya estamos llegando. Lo primero es
cambiar nuestras ropas de abrigo de las zonas andinas de Perú a otras ligeras.
El clima es caluroso y húmedo aunque estamos en el mes de julio.
La terminal de
ómnibus se encuentra a un par de kilómetros del centro de la ciudad llamada
Puerto Maldonado. A pesar de contar con una larga historia de extracción de
recursos naturales que incluye el boom del caucho, oro e hidrocarburos; cuenta
con una extensa superficie de selva virgen.
Sin embargo al
salir de la terminal y dirigirnos al centro de la ciudad de 200 mil habitantes
vemos que el paisaje ha cambiado completamente, largas avenidas repletas de
moto-taxis, motos y autos. Los aromas frescos de la selva son reemplazados por
el aire viciado del cemento, escaso arbolado público, etc.; nos hace pensar que
la selva (presente a pocos metros) es sólo un sueño.
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Torre de la biodiversidad |
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Vista desde la torre |
Se nos presenta
una pregunta, ¿Por qué decidimos vivir en ciudades tan artificiales donde no se
siente la presencia de los ambientes que se sitúan en el lugar donde han sido
edificadas? Sarcásticamente Puerto Maldonado es el centro de la biodiversidad
de Perú, con una torre enorme donde se puede apreciar toda la ciudad y el
horizonte verde amazónico silencioso opacado por la gran urbe. Juntos caminando
por sus calles, reflexionamos: las ciudades no deben ser así, son sólo
convenciones de cómo deben ser. Mucha de la gente que vemos no es oriunda de la
selva, vienen de otras grandes ciudades como Lima movidos por las oportunidades
económicas como la minería. Sin herencia ni cultura respecto a lo natural y su
forma de aprovechamiento.
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Zona de reserva sobre el Bajo Tambopata |
Muy poco, digamos
que nada, pesa la selva para la ciudad. Muchísima gente vive y vivirá dentro de
los ritmos y las exigencias urbanas como horarios, locales, comercios, bancos,
dinero, etc. Sentados en la Plaza de armas sentimos que las ciudades no tienen
identidad, bien podría ser Buenos Aires, Lima o Santa Cruz; ya que nada nos
recuerda la inmensa selva que la circunda.
¿Por qué no vivir
conectados también con los ritmos naturales, los aromas de los ecosistemas
circundantes, sus frutos y sus recursos de forma respetuosa y agradable para
sus habitantes? Las ciudades de diseño español no son la única forma de vivir
aunque cada vez más y más gente es urbana. Eso nos recuerda a las ruinas de
ciudades Incas, donde viviendas, templos y zonas agrarias se encontraban entrelazadas
en un majestuoso escenario natural con total conservación y respeto por la
naturaleza. Es más, a veces pensamos lo interesante que fueron este u otro tipo
de ciudades emplazadas en los escenarios más increíbles y embellecidas por sus
construcciones.
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En el comedor NINOS ONLUS |
Unos días después
de recorrer la ciudad, descubrir que los tours a la selva son en precio dólar y
parar en un hotel muy ruidoso que daba a una calle principal, nos contactamos
con Alessandro quien lidera la fundación NINOS ONLUS
1. Allí funciona
un comedor de niños en una zona
vulnerable de las afueras de Puerto Maldonado. Por suerte no todo en la ciudad
es duro y frío. Es increíble ver una obra tan bella desarrollada por
prácticamente una sola persona. Además del comedor se desarrolla un jardín de
infantes y se proyecta una panadería para su autofinanciamiento, ya que en la
actualidad Alessandro consigue los fondos de donaciones particulares desde
Italia. Además de lo concreto de ayudar con la alimentación de los niños vemos
que se busca conectarlos con el deporte y la vida al aire libre; proyectándose
también un área de deportes y una pileta comunitaria en sus inmediaciones mucho
más verdes.
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Jugando en el jardín de infantes con los niños |
Con más preguntas
que respuestas dejamos Puerto Maldonado, otras alternativas son reales sin la
necesidad de volver a ser “no contactados”. Variadas comunidades, entornos
rurales y proyectos familiares en los que estamos compartiendo nos lo demuestran.
Donde lo natural y lo artificial son mejor aprovechados para una forma de vida
más sana y disfrutable.
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Futuro horno panadero |
Es nuestra
decisión vivir como deseamos, poniéndole
fin al maltrato ambiental, hacia la gente y a mandatos sociales obsoletos.
Sentimos que no hay límites reales, sólo poner toda nuestra energía en cumplir
nuestras metas. Si no es así, ¿en qué estamos entregando nuestro tiempo?
1 http://www.ninosonlus.it/
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En la entrada del comedor con Alessandro |
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Adentrándonos en la selva |
Q buena onda, chicos!! tuve una sensación similar al estar en Puyo, Ecuador. Q sigan las experiencias y los aprendizajes!! Buen camino!
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