Hoy día, sobre todo en las
grandes ciudades, tercerizamos la mayor parte de nuestras necesidades
incluyendo: energía, alimentación, vivienda, salud, educación, cuidado de los
niños/as y ancianos/as, etc. Llamamos tercerizar a todo aquello en lo que no
tomamos participación directa en la manutención o producción de bienes o
servicios. Estos requerimientos básicos para la vida son concentrados por
gigantescos monopolios que los comercializan, haciéndonos creer que consumo es
sinónimo de bienestar, fijando estándares de vida basados en la necesidad. Llevando
por consiguiente a aumentar cada vez más nuestro consumo, dando como resultado
el paradigma de crecimiento1
de predominio actual.