Miradas, confianza,
contacto, equilibrio y alegría son algunos componentes para forjar comunidades
sanas y creativas. Los invitamos a jugar, a disfrutar cada actividad que
emprendamos y a contagiar alegría!
Equilibrio |
¿Estamos realmente más unidos y
comunicados? Contrariamente a lo que se aparenta en las grandes ciudades donde
todo el mundo está comunicado a través de teléfonos celulares y de línea, redes
sociales, mails, radio, TV, etc.; es cada vez más común vernos como “zombis” por
las calles con nuestros “teléfonos inteligentes” o hablando solos como locos
con el “manos libres”. ¿Será que el exceso de tecnología nos está separando más
que uniéndonos? Cuando hace no mucho nos comunicábamos cara a cara e
interactuábamos en la vida real ahora lo hacemos en forma virtual. Cada uno
anda en su mundo separado del entorno y de los sucesos. Es difícil entablar
conversaciones espontáneas, mirarse a los ojos y ni hablar forjar nuevos lazos con
nuestra comunidad inmediata. Cuando quizás, es relativamente sencillo tener
“amigos” en México o Estambul.
Buscando las miradas |
Ahora podemos conocer y discutir
noticias y fenómenos de lugares lejanos, aunque no esté mal; descuidamos cada vez más nuestra realidad
cotidiana, nuestro barrio, vecinos y sus relaciones. Esto nos lleva a confundir
estar informado con la fantasía de que estamos haciendo algo para mejorar las
cosas. ¿Qué significa esto? Creemos que con estar informado ya es suficiente cuando
en realidad sin una acción concreta, aunque sea mínima, nada cambia; sino que
se presta a la crítica y a la queja.
Confianza en estructuras recíprocas |
Por otro lado el exceso de
estímulos en general y el exceso de información en particular nos presentan un
sentimiento de agobio, de no saber qué hacer y consecuentemente inacción e
impotencia. La salida podría estar en filtrar y delimitar nuestro mundo,
nuestro entorno en el que si podemos actuar y llegar a influir. Una buena forma
es a través de la quinta R1:
el rechazo, sólo tomando lo que realmente utilizo o me sirve (sea información,
recursos, productos, etc.) en mí accionar diario. Por ejemplo: nos sería muy
difícil detener la matanza de ballenas en Islandia, pero quizás si podríamos
crear una nueva huerta comunitaria en nuestro barrio con algunos vecinos,
ayudar a un comedor para chicos, acopiar ecoladrillos o alimentos para su
donación, etc.
Confianza |
Otra forma que nos lleva a
re-unirnos con nuestra comunidad, con nuestros compañeros de vida en última
instancia, es a través del juego y más aun de la conciencia. Ambas cosas, el
juego y la conciencia son dos poderosas herramientas de unión y fraternidad.
Desde Espiral prácticas apropiadas proponemos y compartimos actividades
grupales donde se involucra al ser en su totalidad: en cuerpo y mente. El juego
es una forma de celebración que no debe estar limitada a los más pequeños.
Debido a que nuestra sociedad se basa en “cosas serias” nos volvemos cada vez
más inmutables y menos predispuestos a jugar, pero todos/as lo anhelamos. El
juego prende como una gran llama donde se revive la alegría, el entusiasmo y la
energía creativa. Todos/as volvemos a sentirnos libres y felices; siendo el
punto de partida y la materia prima para cambios más grandes. Además relaja los
músculos de la cara y te deja una sonrisa por un buen rato, fortalece el cuerpo
y el sistema inmune.
Contacto |
La conciencia se incorpora a
través de la confianza en los demás, el contacto visual y conceptos durante las
actividades que pueden fácilmente pasar de la zona de experimentación grupal a
nuestro desempeño habitual. Incluimos el equilibrio, la cooperación, las
destrezas recíprocas y sobre todo la alegría. Consideramos importante compartir
y multiplicar éstos encuentros por los barrios, escuelas y centros culturales.
Si estas interesado/a contactate con nosotros!
La actividad fue presentada en la 3º Convergencia de Permacultura de la CABA, mayo 2013 |
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